Conocida como la “Perla del Danubio” y por un dicho popular húngaro, que dice “Quien está cansado de Budapest, está cansado de la vida”, así es la capital de Hungría, una de las más fascinantes de Europa.



Separadas por el romántico río Danubio, Buda, la ciudad alta situada a la orilla izquierda, mientras que Pest, la ciudad baja se encuentra al margen derecho. Están unidas por numerosos y grandiosos puentes, que invitan a conocerla, perderse por sus calles y así saborear el verdadero encanto húngaro.Buda, es una de las ciudades históricas por excelencia. Para recorrerla, la mejor experiencia es subir desde el Puente de las Cadenas al Castillo en el viejo funicular con sus elegantes cabinas de madera. Nos recibe así una amplia plaza y edificios como la Galería Nacional Húngara y el Museo de Historia de Budapest. Después de muchas fotografías de las maravillosas vistas, al descender caminando entre callejuelas y rincones plenos de encanto.



En el camino, la Iglesia de San Matías, del siglo XV con sus increíbles tejados de colores y a tan solo 15 minutos a pie desde el castillo, el Bastión de los Pescadores, desde donde se tiene, a mi modo de ver, la vista más impresionante de la ciudad. Posee una terraza, construida en el siglo XIX con siete torres que representan a cada una de las tribus que derrotaron a los romanos que dominaron el territorio desde el siglo I y durante 450 años. Todo el conjunto “controlado” por una gran estatua del rey Esteban I, el primer rey cristiano (S.X)Cruzamos el Danubio para encontrarnos con Pest, la parte moderna y plana de la ciudad. Se destacan la Catedral de San Esteban, el Parlamento (cuya mejor vista se tiene desde Buda), el triste Monumento de los Zapatos donde cientos de judíos fueron asesinados arrojándolos atados a las aguas frías del río.



Si algo no se espera en esta ciudad es el metro, en especial la Línea 1, la más turística, que recorre de principio a fin la Avenida Andrássy y hace paradas en la Ópera, la Plaza de los Héroes, el Parque de la Ciudad y muy cerca del Puente de las Cadenas. Es el segundo metro más antiguo del mundo, inaugurado en 1896 y declarado Patrimonio de la Humanidad.Encontramos muchas calles elegantes como la mencionada Andrássy Utca (utca es calle en húngaro), de grandes marcas, tiendas de lujo y cafeterías, con mucho movimiento.Al final de esta calle, la Plaza de los Héroes, un gran espacio con estatuas que recuerdan los diferentes héroes y períodos de la historia, también se representa el trabajo y la riqueza, la guerra y la paz, el reconocimiento y la gloria, siempre bajo la mirada de la estatua de Esteban I.En todo Budapest hay más de 130 fuentes de agua termal, por eso los romanos la llamaba "Aquincum", el Balneario Gellert es sin dudas, el más conocido, pero ha quedado un poco anticuado. Recomendamos el Balneario Széchenyi, con 15 piscinas, de las cuales 3 son exteriores. Ideal para el invierno, la temperatura del agua va de 28 a 37ºC cuando en el exterior puede estar helando o nevando.



Algo imperdible son los bares en ruinas, construidos en casas abandonadas de más de cien años de antigüedad en el barrio judío, decorados con grafitis y objetos de los más variados.Apto para golosos, la confitería Gerbeaud Sorhaz, donde la emperatriz Sissi iba a diario (sí dicen que todos los días) a degustar sus tartas y postres, mantiene la misma decoración y la carta desde esa época.Y como broche de oro, queda el paseo en barco por el Danubio, la ciudad desde otra perspectiva, cruzando puentes, los edificios emblemáticos.Nos queda mucho más para contar, la ciudad es bella de día como de noche, el barco, las vistas del Castillo, los atardeceres en el Bastión de los Pescadores, su rica gastronomía, su música  y en especial el ambiente de los Mercadillos de Navidad que dejo para otra oportunidad.

De Silvia Socci

Para Destefanis Travel 

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