Europa del Este es ideal para viajeros curiosos que buscan una mezcla de historias fascinantes con una arquitectura impactante. Berlín, Dresden, Praga, Budapest y Viena soprenden con su brillo propio.
Berlín, Alemania: la capital alemana se encuentra al noreste del país y con sus 3,4 millones de habitantes logró convertirse en la nueva meca del arte, de la cultura y de la modernidad. Berlín entró en la historia cuando en la Guerra Fría quedó dividida en dos por un muro de 3,6 metros y de 155 km. El Muro de Berlín marcó un antes y un después en esta ciudad que va recuperando su esplendor a pasos agigantados.
Dresden, Alemania: sinónimo de cultura. La suntuosidad deja al visitante sin palabras. Situada en el centro del continente europeo, forma parte de un nudo de transportes fundamental a la vez que un centro económico de gran importancia. Construida en un siglo y destruida en dos días. Los bombardeos de 1945 la devastaron pero Dresden es una sobreviviente más; muchos de los monumentos más importantes de la ciudad ya fueron reconstruidos y después de 70 años vuelve a brillar.
Praga, República Checa: Ciudad bohemia y de cuento de hadas a orillas del río Moldava. Su belleza y patrimonio histórico la convierten en una de las ciudades más visitadas del mundo (con 4 millones y medio de turistas por año). Podrías pasar horas recorriendo el suntuoso castillo de la ciudad y sus hermosas plazas antiguas. Podrías cruzar infinitas veces el Puente de Carlos admirando su estructura gótica con sus infaltables artistas callejeros. Los mejores bares de Praga se encuentran en los sótanos, donde los históricos pubs ofrecen el escenario para una noche con las tradicionales cervezas checas.
Budapest, Hungría: El Danubio, que atraviesa por diez países, desde 1873 separa Buda (antigua sede real) y Pest (centro financiero y comercial), dos grandes ciudades húngaras que hoy se unen para formar una de las capitales más importantes de Europa. Budapest cuenta con varios lugares que son Patrimonios de la Humanidad como el Castillo de Buda, la avenida Andrássy, la Plaza de los Héroes y el Metropolitano del Milenio. Una ciudad bella por naturaleza.
Viena, Austria: La “ciudad imperial” por excelencia. Conserva un importante patrimonio artístico, y durante los siglo XIX y XX fue la inspiración de grandes músicos y filósofos. Viena escuchó a Mozart, Schubert y los valses de Strauss. Además, sus palacios imperiales dejan boquiabiertos a más de uno. Con sus jardines impecables pelea el puesto de la ciudad más perfeccionista de todo Europa.